Son las palabras para definir a una persona como lo era Eunice Toga. El conocerla fue un gran privilegio, porque no solo fue mi maestra si no también una gran amiga en la cual sabia podía confiar. El primer día que llegué al instituto fue ella quién me recibió, durante el transcurso de la central de camiones a la escuela pude ver una de las características que identificaban su persona y esa era su sonrisa y ese carisma que tanto la distinguía. Si la llamo “Guerrera de Jesucristo” es porque de esa manera la veo, ya que admiro mucho esa pasión que tenía por la obra de Dios y la dedicación en su trabajo. Las dificultades y los problemas solo eran oportunidades para ser mejor y poder crecer. Y es que siempre salía con cada nueva idea que ha veces me quedaba pensando ¿cómo le hace para maquinar tantas cosas? Hoy entiendo que era más grande su fe en Dios que los problemas que podía enfrentar y lo demostró hasta el último día de vida. Sin lugar a dudas una mujer de gran ejemplo para mi vida y sé que para muchas de las personas que tuvieron la dicha de conocerla. Quizá en la tierra no pudimos ver físicamente el milagro que todos esperábamos, pero sabemos y se que en el cielo ese milagro ya esta hecho y es para toda la eternidad. En mi mente queda el recuerdo de una gran “Guerrera de Dios” pero en mi corazón esta la convicción de que algún día nos encontraremos para adorar aquel que fue la razón de su vivir aquí en la tierra, JESUCRISTO. PATY MARTINEZ/Alumna 3er grado
